25March

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La importancia de las habilidades blandas en el mercado laboral

¿Qué tipo de habilidades se valoran en el mercado laboral?

Conforme al Banco Mundial (BM) y la literatura especializada se distinguen tres tipos de habilidades valoradas en el mercado laboral:

  1. las técnicas como: las propias técnicas, profesionales,
  2. las cognitivas como: las aptitudes verbales/lectura y escritura, numéricas, capacidad de solucionar problemas, y
  3. las socio-emocionales como: la autodisciplina, perseverancia, confiabilidad, trabajo en equipo, también conocidas como habilidades “blandas” o “no-cognitivas”.

Las habilidades cognitivas y socio-emocionales son comúnmente denominadas habilidades genéricas. Estas múltiples habilidades se cristalizan en lo que algunos denominan la aptitud escolar (capacidad para el aprendizaje en la escuela) y la aptitud laboral (capacidad para adquirir habilidades especificas en el trabajo) de una persona (Banco Mundial, 2016).

¿Qué son las habilidades blandas?

Las habilidades blandas son un “conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten que una persona se desenvuelva adecuadamente en sociedad y contribuya al bienestar común y al desarrollo de su región” (Servicio Jesuita a Refugiados, 30:2017).

¿Cuáles son las habilidades blandas para la empleabilidad?

Las habilidades blandas para la empleabilidad, son aquellas competencias orientadas al desarrollo de aptitudes sociales que inciden en el desenvolvimiento laboral.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un estudio sobre empleo en América Latina señala que las habilidades socioemocionales son las más valoradas por las empresas y son las más escasas en el mercado laboral, particularmente entre los (las) jóvenes.

Las habilidades más demandas, entre otros, son: la capacidad para interactuar efectivamente, comunicar mensajes, ser persuasivo; solucionar problemas que implica la capacidad de percepción y análisis, delinear soluciones; trabajar bajo parámetros que implica entender los límites y las decisiones a tomar cuando se rebasan estas; apertura al cambio y a la actualización constante; pensamiento innovador.

La presencia de estas habilidades, junto con las habilidades técnicas favorecen a la productividad del empleado.

En Bolivia, conforme a diversos estudios en el mercado laboral, las habilidades blandas a desarrollar en los postulantes son: la autorregulación y discriminación emocional en las situaciones laborales, manejo de las relaciones interpersonales, disposición para el aprendizaje permanente, responsabilidad y compromiso, iniciativa y creatividad para la identificación de alternativas y soluciones a problemas y conflictos y el trabajo en equipo.

De acuerdo al Centro Panamericano de Estudios Superiores (CEPES), las habilidades blandas, las de mayor demanda, para ocupaciones básicas son: la adaptabilidad, autocontrol, búsqueda de información, capacidad para aprender, confianza en sí mismo, desarrollo de relaciones, dinamismo – energía, disponibilidad, flexibilidad, iniciativa – autonomía, liderazgo, orientación al cliente (a) interno(a) y externo(a), preocupación por el orden y la claridad, responsabilidad, trabajo en equipo y tolerancia a la presión.

La importancia de las habilidades blandas en el mercado laboral

Al momento de realizar el reclutamiento de personal, en la evaluación de las habilidades, en muchos rubros, se priorizan las habilidades blandas sobre las técnicas, conforme al BID, BM (2016) se asigna una calificación de un 51% a las habilidades socioemocionales, el 29% a las habilidades cognitivas avanzadas, el 16% a las habilidades técnicas, y un 4% a las habilidades cognitivas básicas.

En Bolivia, de acuerdo al estudio sobre demanda laboral del 2015, se asigna un 39% a las habilidades técnicas, un 30% a las habilidades socioemocionales y a las habilidades específicas un 31% (Universidad Privada Boliviana, Centro de Generación de Información y Estadística, 2016).

Si bien, los empleadores bolivianos parecen no tener dificultades para encontrar las habilidades técnicas y específicas, tienen mayor dificultad para encontrar trabajadores con las habilidades socioemocionales adecuadas. Entre el 2015 y 2016 en todas las ocupaciones se tuvo dificultad para encontrar personal responsable y comprometida. El año 2015, el 29% de las empresas medianas y grandes del eje metropolitano tuvieron dificultad al encontrar las habilidades socioemocionales que demandaban. En el año 2016, este porcentaje se incrementó a un 32%.

Entre las habilidades requeridas en el mercado laboral actual, no solo se valoran los conocimientos específicos y técnicos; se valoran, también, las habilidades socioemocionales o blandas para enfrentar y manejar las diferentes situaciones de la vida laboral y los trabajos de gran complejidad e interrelación actuales.

publicado por jua en Thursday, 25 March de 2021

25March

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La importancia de las habilidades blandas en el mercado laboral

¿Qué tipo de habilidades se valoran en el mercado laboral?

Conforme al Banco Mundial (BM) y la literatura especializada se distinguen tres tipos de habilidades valoradas en el mercado laboral:

  1. las técnicas como: las propias técnicas, profesionales,
  2. las cognitivas como: las aptitudes verbales/lectura y escritura, numéricas, capacidad de solucionar problemas, y
  3. las socio-emocionales como: la autodisciplina, perseverancia, confiabilidad, trabajo en equipo, también conocidas como habilidades “blandas” o “no-cognitivas”.

Las habilidades cognitivas y socio-emocionales son comúnmente denominadas habilidades genéricas. Estas múltiples habilidades se cristalizan en lo que algunos denominan la aptitud escolar (capacidad para el aprendizaje en la escuela) y la aptitud laboral (capacidad para adquirir habilidades especificas en el trabajo) de una persona (Banco Mundial, 2016).

¿Qué son las habilidades blandas?

Las habilidades blandas son un “conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten que una persona se desenvuelva adecuadamente en sociedad y contribuya al bienestar común y al desarrollo de su región” (Servicio Jesuita a Refugiados, 30:2017).

¿Cuáles son las habilidades blandas para la empleabilidad?

Las habilidades blandas para la empleabilidad, son aquellas competencias orientadas al desarrollo de aptitudes sociales que inciden en el desenvolvimiento laboral.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un estudio sobre empleo en América Latina señala que las habilidades socioemocionales son las más valoradas por las empresas y son las más escasas en el mercado laboral, particularmente entre los (las) jóvenes.

Las habilidades más demandas, entre otros, son: la capacidad para interactuar efectivamente, comunicar mensajes, ser persuasivo; solucionar problemas que implica la capacidad de percepción y análisis, delinear soluciones; trabajar bajo parámetros que implica entender los límites y las decisiones a tomar cuando se rebasan estas; apertura al cambio y a la actualización constante; pensamiento innovador.

La presencia de estas habilidades, junto con las habilidades técnicas favorecen a la productividad del empleado.

En Bolivia, conforme a diversos estudios en el mercado laboral, las habilidades blandas a desarrollar en los postulantes son: la autorregulación y discriminación emocional en las situaciones laborales, manejo de las relaciones interpersonales, disposición para el aprendizaje permanente, responsabilidad y compromiso, iniciativa y creatividad para la identificación de alternativas y soluciones a problemas y conflictos y el trabajo en equipo.

De acuerdo al Centro Panamericano de Estudios Superiores (CEPES), las habilidades blandas, las de mayor demanda, para ocupaciones básicas son: la adaptabilidad, autocontrol, búsqueda de información, capacidad para aprender, confianza en sí mismo, desarrollo de relaciones, dinamismo – energía, disponibilidad, flexibilidad, iniciativa – autonomía, liderazgo, orientación al cliente (a) interno(a) y externo(a), preocupación por el orden y la claridad, responsabilidad, trabajo en equipo y tolerancia a la presión.

La importancia de las habilidades blandas en el mercado laboral

Al momento de realizar el reclutamiento de personal, en la evaluación de las habilidades, en muchos rubros, se priorizan las habilidades blandas sobre las técnicas, conforme al BID, BM (2016) se asigna una calificación de un 51% a las habilidades socioemocionales, el 29% a las habilidades cognitivas avanzadas, el 16% a las habilidades técnicas, y un 4% a las habilidades cognitivas básicas.

En Bolivia, de acuerdo al estudio sobre demanda laboral del 2015, se asigna un 39% a las habilidades técnicas, un 30% a las habilidades socioemocionales y a las habilidades específicas un 31% (Universidad Privada Boliviana, Centro de Generación de Información y Estadística, 2016).

Si bien, los empleadores bolivianos parecen no tener dificultades para encontrar las habilidades técnicas y específicas, tienen mayor dificultad para encontrar trabajadores con las habilidades socioemocionales adecuadas. Entre el 2015 y 2016 en todas las ocupaciones se tuvo dificultad para encontrar personal responsable y comprometida. El año 2015, el 29% de las empresas medianas y grandes del eje metropolitano tuvieron dificultad al encontrar las habilidades socioemocionales que demandaban. En el año 2016, este porcentaje se incrementó a un 32%.

Entre las habilidades requeridas en el mercado laboral actual, no solo se valoran los conocimientos específicos y técnicos; se valoran, también, las habilidades socioemocionales o blandas para enfrentar y manejar las diferentes situaciones de la vida laboral y los trabajos de gran complejidad e interrelación actuales.


25March

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Cuadro de Mando Integral – CMI

Modelo de Cuadro de Mando Integral de Kaplan y Norton

Robert Kaplan introdujo el Cuadro de Mando Integral junto con David Norton, otro profesor de la Universidad de Harvard en 1992, frente a la necesidad de un sistema de gestión gerencial que considere los activos intangibles de las empresas.

El Cuadro de Mando Integral conocido también como Anotador Balanceado o Tarjeta de Puntuación Equilibrada, se considera como una herramienta de gestión diseñada para describir la estrategia de una empresa y guiar su ejecución hacia el éxito competitivo.

¿Cómo funciona el Cuadro de mando Integral?

El CMI transforma la visión y la estrategia en objetivos e indicadores organizados en cuatro perspectivas diferentes: finanzas, clientes, procesos internos y aprendizaje - crecimiento. Estas cuatro perspectivas permiten un equilibrio entre los objetivos de corto y largo plazo, entre los resultados deseados y los inductores hacia esos resultados. El conjunto de indicadores del CMI cuando está construido correctamente demuestra un propósito claro dirigido hacia la estrategia integrada en sus cuatro perspectivas.

Las cuatro perspectivas fundamentales

El modelo básico propuesto por Kaplan y Norton está conformado por cuatro perspectivas: financiera, clientes, procesos internos y aprendizaje – crecimiento

Estas perspectivas permiten a la gerencia responder las cuatro preguntas básicas para el éxito de toda organización en los mercados actuales:

  • ¿Cómo nos ven nuestros accionistas?
  • ¿Cómo nos ven nuestros clientes?
  • ¿En qué debemos ser excelentes?
  • ¿Cómo podemos seguir mejorando y creando valor?

Al forzar a los gerentes a considerar todos los aspectos organizativos de manera integral se les facilita la toma de decisiones para alcanzar las metas estratégicas dela empresa. Hay una visión y estrategia explícita en la base de las cuatro perspectivas, todas relacionadas entre sí y para cada una de ellas se formulan objetivos estratégicos, metas, indicadores e iniciativas estratégicas.

Las cuatro perspectivas presentadas son las más comunes por ser aplicables en un gran número de empresas para estructurar los indicadores y la información, pero no constituye una condición necesaria para tener un CMI. Se pueden crear perspectivas según la necesidad de la empresa en la cual se esté desarrollando el CMI.

La Relación Causa – Efecto

El CMI como sistema de gestión debe establecer de forma explícita las relaciones entre los objetivos en las diversas perspectivas. La cadena causa – efecto debe abarcar las cuatro perspectivas de un CMI sin excepción.

Un Cuadro de Mando Integral adecuadamente construido debe identificar y hacer que sea explícita la secuencia de hipótesis respecto a las relaciones de causa – efecto, entre las medidas de los resultados y los inductores de la actuación de esos resultados. Cada una de las medidas seleccionadas para un Cuadro de Mando Integral debe ser un elemento en una cadena de relaciones de causa – efecto (Kaplan y Norton)

Los Resultados y los Inductores de Actuación

Los Cuadros de Mandos Integrales utilizan ciertos indicadores genéricos que tienden a referirse a los resultados clave que reflejan los objetivos comunes de muchas estrategias. Estos indicadores genéricos del resultado tienden a ser efectos como la rentabilidad, cuota de mercado, satisfacción del cliente, retención del cliente y las capacidades de los empleados. Los inductores de la actuación son aquellos que tienden a ser específicos para una unidad de negocio en particular.

Los indicadores del resultado sin los inductores de la actuación no comunican la forma en que se conseguirán los resultados. Por el contrario, los inductores de la actuación – como los tiempos de ciclo y las tasas de defectos– puede que permitan a la unidad de negocio conseguir unas mejoras operativas a corto plazo, pero no conseguirán poner de relieve si las mejoras operativas han sido traducidas en mayores ventas a clientes existentes y nuevos.

“Un buen Cuadro de Mando Integral debería poseer una variación adecuada de resultados (indicadores efecto) y de inductores de la actuación (indicadores causa) que describan la estrategia de la unidad de negocio” (Kaplan y Norton).

La vinculación del Cuadro de Mando Integral con la estrategia

Un CMI debe ser más que una gran variedad de indicadores financieros y no financieros agrupados en cuatro perspectivas. Debe traducir la estrategia vinculando indicadores de actuación con los de resultado a través de una serie de relaciones causa – efecto. ¿Cómo podemos construir un CMI que traslade la estrategia a los indicadores? Construyendo mapas estratégicos que sirvan para ver la estrategia de forma coherente, integrada y sistemática a partir de tres principios:

  1. Las relaciones: causa – efecto
  2. Los inductores de actuación y resultados
  3. La vinculación con las finanzas

¿Por qué necesitan las empresas un Cuadro de Mando Integral?

Porque el sistema de gestión de una organización afecta el comportamiento de la gente tanto del interior como del exterior de la organización. El CMI conserva la medición financiera como un resumen crítico de la actuación gerencial, pero realza un conjunto de mediciones más generales e integradas que vinculan al cliente actual, los procesos internos, los empleados y la actuación de los sistemas con el éxito financiero a largo plazo. De esta manera el CMI se ha convertido en la base de un Sistema de Gestión Estratégica (Kaplan y Norton)